Edison mejoró la bombilla eléctrica, pero no la inventó. El honor corresponde a una larga lista de inventores que comienza con el químico inglés sir Humphry Davy , uno de los primeros en darse cuenta de la importancia que tendrían las propiedades anestésicas del óxido nitroso. En 1802 consiguió que una corriente eléctrica hiciera brillar un filamento de platino. En 1845 J. W. Starr presentó una patente de lámpara en la que filamentos de carbón, buen conductor del calor, brillarían dentro de una ampolla en la que se hubiese practicado el vacío. Pero Starr murió al año siguiente, y su idea fue desarrollada por el inglés Joseph Swan, quien produjo una lámpara de corta duración que usaba como filamento tiras de papel carbonizado. La corta vida de estas bombillas dejó claro que era imprescindible una bomba de vacío más eficaz que eliminara completamente el aire. En 1865 Hermann Sprengel creó la bomba de vacío de mercurio, Swan volvió a interesarse por el proyecto y en diciembre de 1878 mostró sus resultados en la Sociedad Química de Newcastle. En enero de 1879 realizó una demostración exitosa en Sunderland. Edison había empezado a desarrollar su propia bombilla en septiembre de 1878, y el 21 de octubre del año siguiente consiguió que una de ellas se mantuviera encendida durante trece horas y media: el filamento era un hilo de coser carbonizado en un horno. El 1 de octubre de 1880 Edison abrió una fábrica de bombillas eléctricas en las afueras en Mento Park, Nueva Jersey. Swan abrió la suya en las afueras de Newcastle a comienzos de 1881. En 1883, tras algunas peleas por la patente de la bombilla (que ganó Swan), ambos inventores unieron sus fuerzas y crearon la Edison and Swan Electric Company para fabricar lámparas en Gran Bretaña.
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